Comienza la discusión por el salario mínimo de 2026: más de siete millones de empleados dependen del aumento
Empleo Colombia, Salario Mínimo, Trabajo Dic 03, 2025
Desde hoy, el Gobierno, los sindicatos y los empresarios iniciarán oficialmente la negociación del salario mínimo para 2026 en la mesa de concertación. Aunque el sector privado ha mostrado cierta distancia frente al proceso —temiendo que el Ejecutivo termine fijando un incremento de dos dígitos sin consenso—, la decisión tendrá impacto directo sobre 7,4 millones de trabajadores que reciben el salario básico, de acuerdo con estimaciones de Asocajas.
La asociación calcula que este grupo corresponde al 76,2 % de los empleados formales que este año recibirán prima, es decir, cerca de 9,7 millones de personas afiliadas a cajas de compensación. El ajuste del mínimo, que partiría de un incremento del 6 % pero podría escalar hasta 11 %, será determinante para su poder adquisitivo en 2026.
Sin embargo, las cifras sobre cuántos colombianos ganan exactamente un salario mínimo varían, pues el Dane aún no publica la distribución de ingresos correspondiente a 2025. En ausencia de este dato, el equipo económico del Banco de Occidente estima que 3,7 millones de personas percibieron un mínimo en 2024, lo que representó el 16,5 % de los 21,7 millones de ocupados de ese año. Si esa proporción se mantuviera en el mercado laboral actual —24,37 millones de ocupados—, el número rondaría los cuatro millones.
Para el economista Germán Machado, profesor de la Universidad de los Andes, cualquier decisión sobre el salario mínimo debería tener en cuenta “la inflación, la productividad y el desempeño económico”, además de considerar sus efectos sobre el empleo formal.
Ese punto es clave para entender otro de los desafíos del incremento: su impacto en la informalidad. David Cubides, economista jefe del Banco de Occidente, advierte que un aumento por encima de 6,5 % —cifra que integra una productividad de 0,9 % y una inflación esperada para 2025 de 5,5 %— podría afectar a los trabajadores que devengan menos de un mínimo, frenando sus posibilidades de ascender en el mercado laboral. Solo en 2024, más de 10,1 millones de colombianos estaban en esa condición, lo que equivalía al 45,2 % de los ocupados. Con las cifras de empleo actuales, serían alrededor de 11 millones.
Según Cubides, incrementos muy altos podrían empujar aún más a este grupo a la informalidad y dificultar su ingreso al mercado laboral formal. “Una gran parte de los trabajadores ni siquiera llega al mínimo. Elevarlo demasiado podría excluir a quienes buscan formalizarse”, explicó.
La discusión también viene cargada de preocupaciones sobre el impacto inflacionario. Para el Grupo Cibest, cada aumento del mínimo presiona los costos empresariales, especialmente en sectores intensivos en mano de obra como comercio, restaurantes y transporte. Con un margen de competencia limitado y un nuevo marco laboral en proceso, muchas compañías trasladan esos sobrecostos a los consumidores, lo que termina reflejándose en los precios.
Cubides advierte que esta dinámica podría generar “una bola de nieve”, ya que diversos servicios y tarifas están indexados al salario mínimo y tienden a ajustarse automáticamente, alimentando nuevamente la inflación.