Salario mínimo: alertan sobre los efectos de un aumento excesivo en medio de la crisis fiscal.
Aprende Nov 07, 2025
Especialistas advierten que sin reformas que incluyan al sector rural y a los trabajadores independientes, la informalidad seguirá siendo un obstáculo estructural.
En un contexto económico desafiante, la discusión sobre el incremento del salario mínimo para 2026 se da en medio de presiones fiscales y un mercado laboral caracterizado por la alta informalidad. Aunque la intención del Gobierno de fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores es legítima, la propuesta del presidente Gustavo Petro de elevarlo hasta un 11% ha despertado preocupación entre analistas y empresarios.
Si la remuneración mínima llegara a los $1.800.000 mensuales, varios expertos advierten que un aumento de tal magnitud podría generar consecuencias adversas, sobre todo en productividad y en el ya frágil equilibrio entre empleo formal e informal. Además, subrayan que la experiencia de otros países de la región muestra que los incrementos desproporcionados pueden agravar los problemas estructurales del mercado laboral.
De acuerdo con cifras recientes del DANE, el 55,2% de los ocupados en Colombia trabaja en la informalidad, una proporción que se eleva al 83% en zonas rurales y al 84,8% en las microempresas, donde se concentra buena parte del empleo nacional. En términos simples, más de la mitad de los trabajadores no cotiza al sistema de seguridad social ni cuenta con prestaciones ni estabilidad contractual.
Durante el 43° Congreso Nacional de Derecho Laboral y Seguridad Social, organizado por el Colegio de Abogados del Trabajo, el exsubsecretario del Trabajo de Chile, Fernando Arab, analizó la situación colombiana y planteó la necesidad de una visión de largo plazo enfocada en reducir la informalidad.
“En Chile, la informalidad no supera el 30% desde hace décadas. Esto se ha logrado con políticas públicas constantes, que combinan cotización obligatoria, educación previsional y una fiscalización efectiva”, explicó Arab.
“Desde 2019, todos los trabajadores independientes deben cotizar a seguridad social. Esa medida ha ampliado la cobertura y reducido la vulnerabilidad del empleo”, agregó.
El exfuncionario también enfatizó que la solución no pasa únicamente por aumentar el salario mínimo, sino por acompañar ese proceso con incentivos a la formalización y programas de capacitación laboral. En ese sentido, destacó el subsidio al empleo joven implementado en Chile, que otorga beneficios económicos a las empresas que contratan formalmente a trabajadores entre 18 y 24 años.
“El primer empleo es determinante. Si un joven inicia su vida laboral en la formalidad, es mucho menos probable que termine en la informalidad. En cambio, si empieza sin garantías ni protección, salir de esa condición es sumamente difícil”, concluyó Arab.